Un gitano tiene diez veces más posibilidades de ser parado e identificado por la Policía en España que un hombre blanco de aspecto caucásico europeo. Un hombre de rasgos magrebíes tiene hasta 7,5 veces más posibilidades y un afrolatinoamericano 6,5 veces, según ha revelado un informe sobre identificaciones policiales elaborado por la Universidad de Valencia, en colaboración con la de Oxford. El informe, además de denunciar el elevado número de identificaciones que se realizan en España, constata científicamente la existencia de «racismo institucional» por parte de la Policía, que para el triple de veces a los inmigrantes que a los españoles, algo que las ONG, organismos internacionales y el Defensor del Pueblo llevan años denunciando. Bajo el título ‘Identificación policial por perfil étnico en España‘, el estudio es el primero que aporta datos estadísticos. Recoge que el año pasado en España la Policía realizó 7.958.526 identificaciones. Esto supone un incremento de 150.000 con respecto al año anterior, y una cifra que los investigadores consideran desproporcionada en relación a otros países. «Mientras en España se para e identifica al equivalente a un 17% de la población, en Nueva York ahora mismo se discute si es excesiva una tasa de identificaciones que ronda el 7,5%». El informe —realizado por investigadores del Instituto de Derechos Humanos de Valencia y del Centre for Criminology de la University of Oxford— ha analizado dos encuestas de Metroscopia realizadas en abril de 2013 sobre paradas, registros e identificaciones policiales en España. Con una muestra de 2.000 entrevistas telefónicas y 800 presenciales, ha constatado que existe «una proporción muy alta (de las identificaciones) hacia individuos de minorías étnicas y de extranjeros migrantes en comparación con su presencia en nuestro país».

Ser inmigrante conlleva tener tres veces más probabilidades de ser parados en la vía pública por la Policía. Y tener un aspecto determinado dispara aún más esas probabilidades Así, el 60% de los gitanos consultados había sido identificado en los últimos dos años; un 45% de los norteafricanos también, así como el 39% de los afrolatinos. Mientras, el porcentaje de los que tenían un aspecto caucásico blanco y que habían sido parados por la Policía se quedaba en el 6%.
De las entrevistas que han realizado, destacan que el trato «discriminatorio» para con gitanos, magrebíes y africanos de piel negra afecta más a los hombres que a las mujeres. También que los desempleados y los estudiantes son identificados más veces, que los jubilados o las amas de casa de estos grupos étnicos. Otra de las consecuencias de la experiencia de ser parado por la Policía, dicen, es que este hecho «daña la confianza (del grupo) en la Policía», al tiempo que explica «la baja predisposición a cooperar» con la institución. Los investigadores consideran que una vez probado la discriminación en las identificaciones es necesario que el Ministerio del Interior lleve a cabo su propio estudio oficial sobre las nacionalidades de las personas a las que se le pide la documentación en la calle o son trasladadas a comisaría por sospecha. Máxime cuando en 2012 la propia Policía asumió implícitamente estas prácticas de identificación con una circular en la que se prohibía «los cupos de identificación o detención de extranjeros y las actuaciones masivas basadas en criterios étnicos».

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De las entrevistas que han realizado, destacan que el trato «discriminatorio» para con gitanos, magrebíes y africanos de piel negra afecta más a los hombres que a las mujeres. También que los desempleados y los estudiantes son identificados más veces, que los jubilados o las amas de casa de estos grupos étnicos. Otra de las consecuencias de la experiencia de ser parado por la Policía, dicen, es que este hecho «daña la confianza (del grupo) en la Policía», al tiempo que explica «la baja predisposición a cooperar» con la institución.
Los investigadores consideran que una vez probado la discriminación en las identificaciones es necesario que el Ministerio del Interior lleve a cabo su propio estudio oficial sobre las nacionalidades de las personas a las que se le pide la documentación en la calle o son trasladadas a comisaría por sospecha. Máxime cuando en 2012 la propia Policía asumió implícitamente estas prácticas de identificación con una circular en la que se prohibía «los cupos de identificación o detención de extranjeros y las actuaciones masivas basadas en criterios étnicos».
Vía http://www.20minutos.es/